domingo, 15 de abril de 2012

Historias de miedo

Historia de Mari Luz:  Jugando en la oscuridad...


Cuando se apaguen las luces.todos los que tengáis el papel amarillo seréis polis y buscaréis a los que les ha tocado el papel azul, éramos los de siempre, los de 2ºB y dos monitores, estábamos de colonias de verano ¡en una casa que daba bastante grima! A la peña le había parecido gracioso eso de jugar a algo con la luces apagadas justo a media noche... ¡Pero a mí, el rollo de la oscuridad no me molaba nada! Las luces se encenderán en 4 minutos. Ganarán los que encuentren al de su papel ¡y los que consigan librarse! ¡Suerteee!, la música empezó a sonar a todo volumen y apagaron las luces. Me temblaron las pernas, pero ya era tarde para rajarme, tenía un papel de poli y un nombre escrito: Julio ¡El chico más cañón del verano! Así que...¡al final el jueguecito no me había salido tan mal! La peña se iba chocando por la casa y se oían grititos mezclados con la música, yo tenía la esperanza de que, al encontrarme a Julio, pasara algo entre nosotros, por fin... Ahí está, justo en el recibidor creí ver la silueta de Julio iluminada delante de una ventana. Me fui hacia él: ¡Ya te tengo!, Julio no se movió. Estaba muy quieto, qué soso, pensé. No es que esperara que se fuera a lanzar a mis brazos, pero  ni siquiera se había reído ni nada. Creí que quería mantener la gracia del juego, así que repasé su silueta con las manos y... ¡entonces me sorprendí! Julio estaba realmente frío, casi helado... Su piel era demasiado suave, era una sensación muy rara... Julio, ¿Estás bien?, no sé si fue decir esas palabras en voz alta o que el contacto ton el cuerpo helado de Julio me despejó la mente, pero entonces me di cuenta: Julio no se movía pero no se movía nada de nada... ¡No respiraba! El corazón se me puso a mil por hora al comprender que algo no iba bien y, antes de que pudiera moverme, algo iluminó su cara a través de los agujeros de la persiana... ¡¡¡NO ERA ÉL!!! ¡Un rostro horrible y deformado me miraba fijamente! En menos de un segundo, la oscuridad inundó el recibidor de nuevo. ¡Estaba muerta de miedo y ni siquiera me salía la voz para gritar! Fueron los 4 minutos más largos de mi vida, no sabía que podía pasarme, no sabía quién era ese chico, sólo sabía que yo no podía moverme... Lo último que noté antes de que las luces se encendieran fueron unos dedos fríos como el hielo acariciando mi mejilla. Después, la luz volvió y allí no había nada...

RÉCORDS GUINNESS:

    


Estos son mis récords guinness de hoy mis primas ya pondrán más espero que les haya gustado mi historia de miedo gracias por seguir el blog

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